En nuestras bolsas de basura aparecen numerosos productos no biodegradables, es decir, que no son descompuestos por los microrganismos del suelo y por tanto, no se incorporan de nuevo a la naturaleza. Esto es debido a la costumbre, cada vez más generalizada de la utilización de productos de usar y tirar, del empleo de envases de un sólo uso, como botellas de plástico, latas, tetra-brik, etc., de productos tóxicos como medicamentos, pilas, sprays, pinturas, etc.
Si analizamos y separamos lo que aparece en una bolsa de basura, nos encontramos con lo siguiente:
- Materia orgánica un 47%.
- Papel y cartón un 24%.
- Plástico un 8%.
- Vidrio un 7%.
- Metal un 3%.
- Tetra-brik un 1%.
- Otros tipos de basura un 10%.
El problema de la gestión de las basuras se complica cada vez más, porque cada día se produce en más cantidad y cada vez es más tóxica.Pueden ser un problema grave por las razones citadas a continuación:
No es nada fácil hacerlas desaparecer.
Los vertederos e incineradoras deben construírse en zonas alejadas de la población, lo cual incrementa los gastos de transporte.
Los vertederos, a pesar de estar controlados, tienen muchos riesgos de contaminación, provocan un gran impacto visual y tienen una capacidad limitada.
Las incineradoras emiten productos contaminantes y su control es muy costoso.
La recogida de basura en una ciudad como Gijón, cuesta al año unos 600 millones de pesetas (3.600.000 euros). A esto hay que sumarle el coste del transporte y su tratamiento en el vertedero.
El problema de las basuras es responsabilidad de todos y se puede resolver a tres niveles distintos:
- Las administraciones públicas que tienen que velar por el cumplimiento de las normativas en materia de residuos, de impulsar campañas de sensibilización y de promover medidas de reducción de los residuos.
- Las empresas deben potenciar la fabricación de productos menos tóxicos, reciclables, reduciendo embalajes, participando en la recogida selectiva y sobre todo, cumpliendo la normativa en materia medioambiental.
- Los ciudadanos demandando información sobre la composición de los productos, su reciclaje, exigiendo a las empresas y comercios una mejor conducta medioambiental, participar en las campañas de recogida selectiva y proponer alternativas en asociaciones de vecinos, de consumidores, ecologistas, etc.
Piensa en tu comportamiento como ciudadano y plantéate algunas preguntas:
En los últimos años, la posibilidad del agotamiento de recursos naturales, hace replantearse a las sociedades industrializadas, el potencial de riqueza que contienen las basuras, ya que puede ser utilizada como materia prima para fabricar otros productos. Para ello, en la mayoría de los ayuntamientos existe una recogida selectiva de la basura. Además del contenedor tradicional para la basura orgánica, existen otros contenedores con diferente color:
- El contenedor azul para el papel.
- El contenedor verde para el vidrio.
- El contenedor amarillo para los envases.
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